viernes, 1 de noviembre de 2013

Palabras de María Alicia Gutiérrez en la presentación del libro de Plebella

Presentación Plebella, Biblioteca Nacional, Buenos Aires, Martes 8 de octubre 2013

María Alicia Gutiérrez

Agradezco a Romina la invitación para participar de la mesa. Muy contenta de estar aquí presentando esta hermosa antología de los 25 números de la Revista Plebella. Como ustedes habrán visto la edición es muy linda, sobria y atrayente. Romina Freschi, su directora, la organizó siguiendo algunos criterios que permiten, si uno la lee completa y de manera tranquila, sin urgencias, revisitar recorridos y diversos posicionamientos.
Si bien el libro me atrapó por todos lados, quiero hacer una referencia a la relación política/arte que está condensada (entre otros espacios) en los editoriales que Romina escribió en los 25 números. Editoriales que no hacían más que poner la dimensión política del momento, enlazada con la producción poética y marcando el contexto de producción.
Una primera pregunta podría ser: ¿Cómo alguien en un lugar preciso, puede percibir y pensar su mundo?  El filósofo Jacques Ranciére lo llama el “reparto de lo sensible” a  la organización de un espacio dado desde el que tenemos una percepción del propio mundo. De esta manera vinculamos nuestra experiencia sensible, es decir la de nuestro cuerpo, a una determinada inteligibilidad o sea, a un sistema de significaciones.  Plebella intentó comprender las formas de dominación y consenso y el cuestionamiento en el arte y la política.
La política no es la expresión natural de nuestra naturaleza (como diría Aristóteles) pero tampoco es un espacio claramente diferenciado de lo social (Hanna Arendt). La política es algo contingente, algo que puede pasar cuando no se acepta el orden establecido. La política aparece cuando hay desacuerdo, cuando se universaliza el conflicto. El consenso es el fin de la política
La política es la democracia como movimiento para emancipar la capacidad de cualquiera. La democracia no es sólo una forma de gobierno o un modo de vida social, es sobre todo la práctica que plantea una ruptura con la estructuración simbólica de la vida en común. Es la búsqueda de una comunidad política heterogénea de sujetos singulares frente a una comunidad cultural donde hay unos papeles y unas funciones establecidos. Esta comunidad política se basa en la igualdad de los seres hablantes.
Todo ello  nos lleva a la escritura como la configuración de un campo sensible, un campo de la experiencia que  colisiona con los anteriores. Es la forma democrática de la palabra que rompe con las clasificaciones clásicas de las artes. Y también la presencia del lector quien subjetivamente integra la obra en su campo de experiencia.   
Una poética del saber donde se identifica el poder común del pensamiento con el poder de la igualdad, donde un sujeto con su nombre propio marca lo que se compromete a soportar como suyo en el territorio de la lengua y los pensamientos comunes. Esta es la condición poética de la igualdad.
Asi Plebella, a través de sus editoriales, realiza una intervención social mediante el ejercicio del lenguaje: escritura política y política de la escritura: la bebé (el presente y la historia), la quinta pata del gato y la presencia de Cromañon; el culo, la conmemoración de los 30 años de la dictadura militar y el ejercicio de la memoria; ( el culo) te llueve, con el encuentro y la apertura a la danza, el psicoanálisis, la filosofía, la religión entre otras; la docena de facturas, con referencias a las elecciones de 2007 y el avance de un proyecto regresivo conservador en la ciudad de Buenos Aires y Plebella como un espacio para reconfigurar y persistir en la utopía; la desgracia, y el lugar de resistencia de Plebella en el aciago año 2009 para el conjunto de América Latina; el número 20 la fiesta, año 2010, en relación al bicentenario, el Mundial, la ley de matrimonio igualitario ; la mujer, diciembre de 2010, transformada en revista ecológica haciendo eco del cuidado del medio ambiente; el aborto, negado a la ciudadanía de las mujeres y la dedicatoria ( con cierta ironía) a la presidenta Fernández de Kirchner; el cocinero y su apertura a la poética del interior del país con sus realidades; el caballo, diciembre 2011, mostrando la distancia pero recordando el fatídico 2001 entre otras tantas muestras de ese entre medio que se construye entre la palabra poética y el lugar desde donde hablamos o mejor dicho, en Plebella, donde escribimos.

Poesía y mundo en estos editoriales que recorren el ritmo febril del espacio temporal en el que habitamos, resistimos  e intentamos cambiar  en el intento de no ser capturados por las lógicas hegemónicas.

Tenemos deseos y esperanzas y allí Plebella con nosotros en ese camino.




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